Romanizar el ciclo

Romanizar el ciclo

Romantizar el ciclo no es lo mismo que reconocerlo. 

Dos posturas parecieran predominar hoy en día respecto de los ciclos de la mujer. Ciertamente, se muestran antagónicas una de otra, buscando maximizar su diferencia. 

Lo cotidiano de suprimir el ciclo

Por un lado, está la práctica habitual ignorar absolutamente su existencia. Si hay que lidiar con el ciclo, comúnmente es para para suprimirlo. De esta manera, el ciclo de la mujer aparece en la narrativa del “estorbo”o “la molestia”, “el problema a resolver” … Suele estar acompañado de un abordaje médico que le teme a la fertilidad, pero que está dispuesto a suprimir el ciclo. 

La respuesta contestataria  

Como contraparte a esta postura, aparece otro discurso, en donde el ciclo es romantizado.

Hay una exaltación, sobre todo de la menstruación, como “sumum” de la expresión de la mujer. De hecho, la menstruación se sugiere como bandera para causas políticas, denuncias, y otras causas. Se pueden encontrar incluso imperativos, que implican que la mujer debe ser visibilizar y politizar su menstruación.

Un espejismo en el camino 

Quienes tratan el ciclo como estorbo, y quienes lo exaltan por sobre todas las funciones biológicas… ¿Son realmente posiciones antagónicas o terminan siendo dos caras de la misma moneda? ¿No son como dos versiones de lo mismo?

La exaltación, tan disruptiva frente a la ignorancia dominante, queda estéril sin educación. Es que en el fondo, no es el ciclo, ni la menstruación, ni la mujer, sino la causa que quieren defender. Una vez más, la menstruación es sometida a otros intereses. El punto más claro se da cuando equiparan una menstruación al sangrado por deprivación, que se provoca por las pastillas. Cuando lo que importa de la menstruación es visibilizar, más que educar ¿no son espejitos de colores? ¿palabras que resuenan con mucha fuerza, pero con poco contenido?

El trabajo manual

El valor de la menstruación está inmerso en el ciclo de la mujer. El ciclo de la mujer, inmerso en su salud integral, como parte del normal funcionamiento del cuerpo. La verdadera revolución es la educación de la mujer respecto de su propio cuerpo.

Y, la educación requiere dedicación y profesionalismo, por lo tanto, requiere tiempo y trabajo. Probablemente lleve más tiempo y menos visibilidad. 

Pero creemos en el trabajo lento, en la educación personalizada, y en los frutos de los esfuerzos invertidos. Apostamos a una cultura médica que vuelva a poner a la ovulación como signo de salud, y en el respeto por el cuerpo como tal. En eso consiste nuestra trabajo diario.

 

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Lo más difícil es esperar

Lo más difícil es esperar

Muchos dudan en arrancar, a registrar el ciclo para buscar o evitar el embarazo, o para arrancar tratamiento de infertilidad. Lo ven como una tarea monumental o para especialistas. Una tarea a la que hay que dedicarle esfuerzo y estudio, un compromiso personal. Si bien eso es cierto, no es lo más difícil.Lo más difícil, es esperar.

El tiempo

Ni las instructoras ni los médicos Napro pueden cambiar el factor que tomamos como pilar fundamental de nuestro trabajo: el tiempo del cuerpo. No somos dueños del ciclo, no lo podemos acelerar, ni atrasar, si así lo quisiéramos. El ciclo tiene su tiempo, su desarrollo, su evolución propia.

Si realmente queremos aprender a reconocerlo, hay que esperar. Pero la espera, desafía…No solo a la pareja, o a la mujer que registra o que está en tratamiento. Instructoras y médicos, nos vemos desafiados también.

Esperar, es lo más difícil: que termine el ciclo; reconocer el tiempo de fertilidad; que vuelva la menstruación, que vuelva la fertilidad…Esperar el embarazo.

Nos muestra la información…

Pero, finalmente, el ciclo se muestra y se desarrolla. Con salud. A veces, sin. Como puede. Con sangrados inusuales, con tiempos de fertilidad que parecen invisibles, o fases más cortas…pero aparece.

Y, finalmente, tenemos la información.

Información que permite evaluar el ciclo. Comparar. Esa información nos muestra lo que pasa en el cuerpo. Información que nos educa. Información que necesitamos para sanar el cuerpo.

¿Es difícil aprender el Modelo Creighton? ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
No, no es tan difícil… pero desafiante, seguro.

 

 

 

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Reproducción: el riesgo de ver al otro como una herramienta

Reproducción: el riesgo de ver al otro como una herramienta

Reducir a alguien, es valorarlo por una parte, y no como la totalidad de la persona. Estar interesado en lo que el otro me puede dar, y lo que es beneficioso para mi. Parece tan frio y calculador, que no nos damos cuenta cuando lo hacemos.

Es mucho mas cercano de lo que creemos. Siempre es evidente en los demás, es difícil reconocerlo en los propios vínculos.
Reducir a quien amo, a su simple función reproductiva, es buscar intimidad solamente en el tiempo de fertilidad; y pensarlo solamente como facilitador del embarazo, como herramienta para la reproducción.

Si esto se arraiga, y uno hace costumbre de este trato, termina viendo también al embarazo como un producto.

En el fondo, es una reducción de uno mismo. Asumir que el valor propio depende absolutamente de la capacidad de poder engendrar. El hijo también es visto como un logro a obtener: El hijo que viene a cumplir un objetivo, a cubrir una necesidad, a tapar la tristeza. ▶️ Sin dramatizar ni demonizar, es importante reconcoer estas debilidades, que se filtran de a poco.

¿Qué pasa si nos sentimos usados? ¿Cómo salir de esa dinámica? ¿Cómo darnos cuenta cuando la reproducción se vuelve algo en contra? Siempre, la respuesta esta en trabajar juntos.
Las debilidades son también parte de nuestra persona y nuestros vínculos, no hay que tener miedo a mejorar. Hablarlas, sincerarlas, compartirlas.

 

 

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Rechazar, ignorar o asimilar: las tres actitudes posibles

Rechazar, ignorar o asimilar: las tres actitudes posibles

El ciclo de la mujer, es un ciclo de fertilidad e infertilidad.

Tiempo donde es posible el embarazo, y tiempo donde no es posible el embarazo.

Hay tres opciones frente a la realidad.

  • 1️⃣ Rechazar. Esta opción muchas veces es consciente, muchas veces no. Rechazar la fertilidad es inhibirla, suprimirla, medicarla. Impedir que suceda. Ir en contra del normal y sano funcionamiento del cuerpo. A veces las mujeres saben todo esto. Otras veces, lo hacen por confusión. La confusión se genera, sobre todo, frente a la aceptación indiscriminada de profesionales de salud que la ofrecen, no solo como una opción más entre otras, sino como una opción buena y querida. Las mujeres no les explican que no van a ovular, que no van a producir hormonas femeninas, ni van a menstruar. No se les explica que la ingesta de hormonas artificiales ingresa a todo el cuerpo, no solamente a suprimir la ovulación.

 

  • 2️⃣ Ignorar. La fertilidad solo se entiende como “buscar un hijo”. Será un tema “cajoneado” hasta ese momento. No inhiben las funciones naturales del cuerpo, pero viven “como si no estuviera”. Concientes o no, terminan reduciendo la fertilidad en un utilitarismo . Pero, en el fondo, termina desgastando, como un problema al que no se puede escapar.

 

  • 3️⃣ Asimilar. Sólo la educación sobre los ciclos y el tiempo de fertilidad, permite apreciar la fertilidad. Trabajar sobre el reconocimiento del propio cuerpo, y en la habilidad para interpretarlo. Busca incorporar el valor de la fertilidad a la vida, como algo cotidiano y natural. Existe, obviamente, el cansancio y las dificultades, pero se las encara desde el respeto único que merece el cuerpo propio.

 

 

 

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El vínculo es el origen de la familia

El vínculo es el origen de la familia

Formar una familia es lo que expresan muchos de los que se acercan a consultar por Naprotecnología. Naprotecnología es un tratamiento para parejas que sufren de infertildiad, pero no promete un hijo. No aseguramos que el tratamiento resulte en un hijo ¿Quién puede prometer eso?; ¿Quién puede garantizar un hijo? ⠀⠀⠀⠀
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Pero Naprotecnología si se compromete a:

  • 👉Educar a la pareja respecto de su propia fertilidad: Brindamos un servicio para reconocer cual es su tiempo de mayor fertilidad. La particular de cada pareja, en donde se considera  el ciclo de la mujer, y la calidad de los espermatozoides del varón. Enseña a reconocer que elementos forman parte de un ciclo sano, y cuales necesitan atención médica.

 

  • 👉 Buscar un diagnóstico. El embarazo es consecuencia de un varón y una mujer sana… por el contrario, no lograr concebir naturalmente indica una falta de salud. Naprotecnología trabaja para encontrar aquello que impide que el embarazo ocurra naturalmente, y busca lo restaurarlo.

 

  • 👉A que todo estudio y tratamiento sea con el fin de buscar la salud e integridad de la pareja, y nunca en contra de ella. Ningún estudio se pide si no contempla el bien integral de la persona.

 

  • 👉Trabajar en favor del vínculo. El vínculo de la pareja es lo que primero debe resguardarse y proteger. La educación, los tratamiento, todo busca mejorar el vínculo, y enriquecerlo, dado que el origen de la vida humana, es el vínculo que se da en la pareja. El vínculo es el primer hogar del hijo. Si el tratamiento para la infertilidad trata al cuerpo como una “cosa”, y no una persona, termina desvinculando y dividiendo, primero al paciente, y eventualmente, distanciando a la pareja. Si el tratamiento aleja a la pareja uno de otro, ¿A dónde va a nacer ese hijo? Ningún tratamiento es más que ese vínculo, fuente de vida y principio del hogar.

 

 

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Embarazada o no, ese es el miedo

Embarazada o no, ese es el miedo

 

Evitar el embarazo, se transformo en miedo al propio cuerpo. Dado que la fertilidad es inherente a la persona, todos tenemos la capacidad de dar vida, convivimos con ella. Pero es una convivencia llena de miedo y temor, donde solo parece reinar la pregunta ¿estoy embarazada?

Existe la infertilidad natural. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

El embarazo se logra con la unión del espermatozoide y el ovulo maduro. El varón tiene una producción continua espermatozoides; la mujer solamente produce un ovulo maduro por ciclo. Si los espermatozoides no se encuentran con un ovulo maduro, no hay embarazo. Por lo tanto, la ovulación, es el evento central del ciclo y el único tiempo de fertilidad del ciclo, el resto, es infertilidad natural. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
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Pero, de alguna forma, la salud se olvidó…y el foco quedó en la posibilidad de embarazo. A la posibilidad de embarazo, se le agrego un poco de desconocimiento. Y ahí surgió el miedo: miedo al embarazo;  miedo porque no se sabe; miedo porque puede pasar.

⠀⠀⠀⠀⠀embarazada⠀⠀⠀

 

Evitar el embarazo, se transformó en miedo al propio cuerpo

Ese miedo quedó anclado, más que nada,  al cuerpo de la mujer. Y, como quien no quiere la cosa, prevenir un embarazo, se transformó en impedir la salud del ciclo, pues una cosa no puede darse sin la otra. Así, el nuevo “status quo” es que la ovulación, en un peligro. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Lo que queda, como resabio,  es el miedo…con un poco de desconocimiento. Porque cuando la intención varía, hacia buscar el embarazo, el miedo sigue: ¿y si no puedo? ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

Reconocer los ciclos, la herramienta contra el miedo

Reconocer los ciclos es el antídoto al miedo. Es también la herramienta necesaria para una sexualidad consciente. Pero por sobre todas las cosas, es un registro de salud, que permite evitar y buscar el embarazo, en las distintas etapas reproductivas.

 

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