Evitar el embarazo, se transformo en miedo al propio cuerpo. Dado que la fertilidad es inherente a la persona, todos tenemos la capacidad de dar vida, convivimos con ella. Pero es una convivencia llena de miedo y temor, donde solo parece reinar la pregunta ¿estoy embarazada?

Existe la infertilidad natural. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

El embarazo se logra con la unión del espermatozoide y el ovulo maduro. El varón tiene una producción continua espermatozoides; la mujer solamente produce un ovulo maduro por ciclo. Si los espermatozoides no se encuentran con un ovulo maduro, no hay embarazo. Por lo tanto, la ovulación, es el evento central del ciclo y el único tiempo de fertilidad del ciclo, el resto, es infertilidad natural. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
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Pero, de alguna forma, la salud se olvidó…y el foco quedó en la posibilidad de embarazo. A la posibilidad de embarazo, se le agrego un poco de desconocimiento. Y ahí surgió el miedo: miedo al embarazo;  miedo porque no se sabe; miedo porque puede pasar.

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Evitar el embarazo, se transformó en miedo al propio cuerpo

Ese miedo quedó anclado, más que nada,  al cuerpo de la mujer. Y, como quien no quiere la cosa, prevenir un embarazo, se transformó en impedir la salud del ciclo, pues una cosa no puede darse sin la otra. Así, el nuevo “status quo” es que la ovulación, en un peligro. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Lo que queda, como resabio,  es el miedo…con un poco de desconocimiento. Porque cuando la intención varía, hacia buscar el embarazo, el miedo sigue: ¿y si no puedo? ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

Reconocer los ciclos, la herramienta contra el miedo

Reconocer los ciclos es el antídoto al miedo. Es también la herramienta necesaria para una sexualidad consciente. Pero por sobre todas las cosas, es un registro de salud, que permite evitar y buscar el embarazo, en las distintas etapas reproductivas.

 

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