El ciclo de la mujer, es un ciclo de fertilidad e infertilidad.

Tiempo donde es posible el embarazo, y tiempo donde no es posible el embarazo.

Hay tres opciones frente a la realidad.

  • 1️⃣ Rechazar. Esta opción muchas veces es consciente, muchas veces no. Rechazar la fertilidad es inhibirla, suprimirla, medicarla. Impedir que suceda. Ir en contra del normal y sano funcionamiento del cuerpo. A veces las mujeres saben todo esto. Otras veces, lo hacen por confusión. La confusión se genera, sobre todo, frente a la aceptación indiscriminada de profesionales de salud que la ofrecen, no solo como una opción más entre otras, sino como una opción buena y querida. Las mujeres no les explican que no van a ovular, que no van a producir hormonas femeninas, ni van a menstruar. No se les explica que la ingesta de hormonas artificiales ingresa a todo el cuerpo, no solamente a suprimir la ovulación.

 

  • 2️⃣ Ignorar. La fertilidad solo se entiende como “buscar un hijo”. Será un tema “cajoneado” hasta ese momento. No inhiben las funciones naturales del cuerpo, pero viven “como si no estuviera”. Concientes o no, terminan reduciendo la fertilidad en un utilitarismo . Pero, en el fondo, termina desgastando, como un problema al que no se puede escapar.

 

  • 3️⃣ Asimilar. Sólo la educación sobre los ciclos y el tiempo de fertilidad, permite apreciar la fertilidad. Trabajar sobre el reconocimiento del propio cuerpo, y en la habilidad para interpretarlo. Busca incorporar el valor de la fertilidad a la vida, como algo cotidiano y natural. Existe, obviamente, el cansancio y las dificultades, pero se las encara desde el respeto único que merece el cuerpo propio.

 

 

 

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