by adminjose | Apr 28, 2025 | Uncategorized
No todas las historias de búsqueda de embarazo son iguales. Algunas son largas, otras cortas. A veces hay múltiples causas que atender; otras veces, encontrar una razón puede ser difícil. En Naprotecnología, incluso cuando la causa es clara, tratarla puede ser un verdadero desafío. El camino, además, suele ser solitario, sobre todo si estás siguiendo un tratamiento como la Naprotecnología.
Testimonios que acompañan
Por eso, espontáneamente, muchas veces surgen testimonios. Porque en medio de ese recorrido, escuchar la historia de otra persona puede ser un alivio, una esperanza, un respiro.
Hoy queremos compartir el testimonio de una usuaria que transitó su tratamiento con el método Creighton y Naprotecnología.
10 meses de Naprotecnología: un milagro hecho realidad
_”Después de 10 meses con Naprotecnología, logré un embarazo.
Hace seis meses me realizaron una laparoscopía para desobstruir ambas trompas de Falopio. También me diagnosticaron Hashimoto, progesterona baja, y un factor masculino. Ambos teníamos 34 años.
La Naprotecnología fue un camino largo, por momentos con una dosis extra de paciencia, ya que nunca me prometieron un ‘bebé’. Primero van a la causa que provoca la infertilidad. Primero se arregla el cuerpo, y eso no sucede de un día para el otro: hay que respetar tiempos, intervenciones, medicaciones.
La Naprotecnología no es magia ni soplar y hacer botellas. Es ir a lo principal: abrazar nuestro cuerpo, conocerlo, y entender —mediante estudios— dónde hay que poner más atención.
Gracias al método Creighton pude conocer mi ciclo a la perfección. Hasta llegué a querer mi ciclo, a hacerme amiga de él. Recién a los 34 años pude valorar verdaderamente mi período y todo lo que significa.
Gracias a mi instructora Teo y a la Dra. Sánchez Zinny, hoy puedo estar en mi quinta semana de embarazo. Fueron 10 meses largos y arduos por momentos, pero sin dudas volvería a recorrer el mismo camino.
Gracias Napro por este milagrito.”_ ❤️
Una invitación a compartir
Estamos siempre agradecidas a quienes, con generosidad, comparten su historia.
Si querés contar tu recorrido, o si necesitás acompañamiento, no dudes en contactarnos o escribirle a tu instructora.
by adminjose | Apr 24, 2025 | Uncategorized
Claves para fortalecer el vínculo matrimonial desde la vida sexual
La vida matrimonial y la vida sexual no siempre son fáciles. En la vida moderna, con agendas apretadas, cansancio acumulado y mil pendientes, los espacios de intimidad pueden quedar relegados al último lugar. Cada uno también tiene sus expectativas e ilusiones personales que atraviesan el encuentro sexual matrimonial y pueden convertirla en un terreno complejo, lleno de tensiones, silencios o desilusiones.
Es una realidad más común de lo que parece. Y no están solos.
Intimidad con sentido: el encuentro como centro
Vale la pena recordarlo: el centro del encuentro sexual no es el placer ni la fertilidad, sino el encuentro entre dos personas. Cuando cualquier otra cosa ocupa ese lugar, ese momento deja de ser un espacio de amor y se convierte en una prueba de rendimiento. El encuentro está marcado por cada situación personal; no siempre es igual, sino que se ve atravesado por las circunstancias de vida. Para el encuentro, uno debe salir de sí mismo hacia donde está el otro. El amor, la entrega, la apertura a la vida y la comunión de los esposos tienen que ver con eso: cada uno sale de donde está, no para abandonarse, sino para encontrarse. Sentirse recibido y ser capaz de recibir.
Cuando ponemos cualquier otra cosa en el centro —el placer, el embarazo o incluso el deber— corremos el riesgo de convertir ese espacio sagrado en una fuente de dolor o presión.
Redescubrirse como esposos en medio del cansancio
Muchos matrimonios se distancian en el encuentro sexual por expectativas de placer, rendimiento o fertilidad. Sin buscarlo, muchos terminan esperando resultados y reduciendo al otro a un mero facilitador. Esto no es exclusivo de quienes buscan el embarazo; sucede en la vida matrimonial y el cansancio condiciona la entrega. La buena noticia es que siempre se puede volver a empezar. El amor no depende del rendimiento y la entrega no se mide en resultados.
La intimidad conyugal es un lenguaje, un modo de decir: “te elijo de nuevo”, “sigo acá con vos”, “te amo con todo lo que soy, incluso en los tiempos difíciles”.
Por eso, vale la pena generar espacios de encuentro, aunque sean pequeños, imperfectos o no concluyan en una relación sexual. La intimidad es mucho más que eso: es mirar al otro con ternura, sentarse a hablar, compartir un silencio, volver a ser esposos y compartir la comunión entre los dos.
Una familia se construye en la entrega
Es la entrega del varón y de la mujer lo que constituye una familia, no los hijos. Un matrimonio sin hijos no es una familia fallida. Los hijos no vienen a “demostrar” ni a “aprobar” nada. Es la capacidad de donarse y de recibir al otro lo que constituye el amor familiar. En ese amor nacerán los frutos. Con o sin hijos, la dinámica de entrega/recepción es el motor de la familia.
¿Qué podés hacer hoy?
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Sincerarse sobre la sensación de “sentirse usados”, que muchas veces es mutua. Preguntarse: “Solo busco tener relaciones si… (es un tiempo de fertilidad, solo si obtengo placer yo, me conviene a mí…)”.
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Buscar una actividad que les guste a ambos. Recordar el comienzo de la relación: pasear, salir a comer, verse con amigos, hacer deporte o planear una escapada.
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Reenfocar la intimidad como espacio de encuentro, no de rendimiento.
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Buscar acompañamiento si sienten que lo necesitan.
Conclusión: siempre vale
la pena volver a elegirse
La sexualidad del matrimonio no siempre es fácil; a veces cuesta, duele y provoca el sentido contrario: sentirse alejados. Pero eso es un llamado a volver al otro, mirarlo como persona y amarlo en su totalidad; siempre es el camino más pleno. Incluso en medio de la espera, incluso en el dolor: vale la pena redescubrirse como esposos.
(more…)
by adminjose | Apr 24, 2025 | Uncategorized
La salud del ciclo menstrual es mucho más que la capacidad de quedar embarazada. Registrar el ciclo es una herramienta educativa y diagnóstica que transforma la manera en la que una mujer se relaciona con su cuerpo durante toda su vida reproductiva. ¿Sospechas que tu ciclo menstrual es muy corto? Tenemos información para ayudarte
¿Qué es un ciclo menstrual corto y cuándo es un signo de alerta?
Un ciclo menstrual se mide desde el primer día del sangrado hasta el día anterior al inicio del siguiente sangrado. Se considera regular si dura entre 21 y 38 días.
Entonces, un ciclo menstrual corto —es decir, menor a 26-27 días— no siempre indica un problema. Puede ser saludable si la fase post-ovulatoria dura al menos 9 días. Esa es la clave.
¿Cómo saber si tu ciclo corto es saludable?
La única forma de saber si ese ciclo menstrual corto es funcional es registrando el ciclo. Así podés observar cuánto tiempo pasa desde la ovulación hasta la próxima menstruación.
Por ejemplo, una mujer con un ciclo de 29 días puede tener solo 5 días de fase post-ovulatoria, lo cual no es suficiente para sostener un embarazo o garantizar una buena salud hormonal.
La progesterona: hormona clave en los ciclos cortos
La progesterona se produce luego de la ovulación y marca el inicio de la segunda parte del ciclo. Su función principal es preparar el útero para la implantación, pero además:
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Regula el sistema nervioso
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Mejora el sueño y el ánimo
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Cuida la salud cardiovascular
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Protege la densidad ósea
Una fase post-ovulatoria corta implica menos progesterona y, en consecuencia, puede afectar la calidad de vida y la salud integral de la mujer.
Educación menstrual para toda la vida
El registro del ciclo no es solo para evitar o lograr un embarazo. Es una herramienta que te educa sobre tu cuerpo y te acompaña en cada etapa reproductiva.
Conocer si tenés un ciclo menstrual corto y entender por qué, te permite:
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Detectar desequilibrios hormonales
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Prevenir problemas de salud
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Sentirte más segura en tus decisiones
Conclusión: cuidar tu ciclo es cuidar tu salud
La fertilidad no se puede “poner en pausa” sin afectar el resto de tu salud. Nada en el cuerpo de la mujer es exclusivamente reproductivo.
El cuidado del ciclo es el cuidado de la mujer.
Y entender qué significa un ciclo menstrual corto es parte esencial de ese camino.
¿Querés aprender a registrar tu ciclo y entender mejor tu salud hormonal?
Si tenes ganas de arrancar el Programa Educativo, podes encontrar los contactos de nuestras instructoras acá.
¿Te gustaría ser instructora del Modelo Creighton y/o Médica Napro? Los próximos programas educativos los podes encontrar en la página del Insituto San Pablo VI acá
by adminjose | Oct 12, 2021 | blog, Uncategorized
Educación sexual: aprender sobre mi cuerpo, como funciona y como entenderlo.
La mejor educación sexual es entender mis ciclos. Los ciclos no tienen que confundirse con los dias de sangrado, sino que involucra todo lo que es mentruación, ovulación, hormonas.
1️⃣ ENTENDER MI CUERPO
No es suficiente con enseñar en biología el sistema reproductor. Las mujeres deben entender los eventos propios de su cuerpo.
Esto implica reconocer la menstruación como consecuencia de la ovulación; la ovulación como el evento central del ciclo y la producción de hormonas femeninas como producto de la ovulación.
2️⃣ VALORARME
El cuerpo de la infancia paulatinamente queda atrás, dando lugar a un cuerpo adulto. Un nuevo cuerpo que puede parecer ajeno toma lugar; cambiando la mirada propia y ajena respecto de uno mismo.
Reconocer los ciclos es una manera real y concreta de mostrar el valor propio del cuerpo. El cuerpo es bueno en sí mismo, y no por su apariencia o el uso que haga de él.
3️⃣FERTILIDAD & SEXUALIDAD
El reconocimiento de ciclos muestra la intimidad que hay entre sexualidad y fertilidad. Su vínculo es real y concreto.
La sexualidad y la fertilidad están naturalmente vinculadas. Ser sexualmente activo implica la posibilidad de embarazo. Esta realidad debe ser conocida primero para poder asumirla.
4️⃣ANTICONCEPTIVOS Y SUS EFECTOS
Los anticonceptivos cambian, caen en desuso y aparecen nuevos. Por esta razón, primero se debe entender la fertilidad, y luego los anticonceptivos vigentes.
Solo quien entiende los ciclos y la fertilidad humana, puede entender el mecanismo de acción de un anticonceptivo y sus consecuencias.
🧑《¿Y LOS VARONES ? 》 ¿Se aplica igual?
La fertilidad humana no es de la mujer o del varón, dado que ninguno puede suplir al otro en reproducción. Es verdad que el ciclo es un evento de la mujer, sin embargo, los varones tienen el derecho y la obligación de conocerlos tal como la mujer. La única manera en que el varón pueda amar y respetar a una mujer sexualmente es amando y respetando sus ciclos, puesto que esta es una realidad intrínseca de la mujer.
Si queres saber más sobre tus ciclos, o poder reconocerlos encontra tu instructora más cercana, haciendo click aquí. Más información sobre el Instituto Pablo VI, podes encontrarla click aquí.⠀⠀⠀
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by adminjose | Jun 6, 2021 | Uncategorized
El uso de los anticonceptivos hormonales es una practica extendida entre las mujeres, por distintos motivos. Algunas mujeres lo toman para evitar el embarazo, otras lo utilizan como solución a irregularidades en el ciclo. Son promocionados y recetados como una autentica solución y herramienta de “liberación” para la mujer.
¿Es realmente así? Los anticonceptivos hormonales tienen como su mismo mecanismo de acción la supresión de la ovulación. Paradojicamente, la función exclusiva de la mujer.
Pensemos en un grupo de 10 amigas, de entre 20 a 30 años:
¿Cuántas toman anticonceptivos hormonales?¿Cuántas del grupo saben que por tomar estos anticonceptivos no ovulan? Sin ovulación no hay menstruación; como tampoco hay producción de hormonas femeninas.
¿Saben que las hormonas que toman, son imitaciones sintéticas? Esta imitación al no es tan parecida, y por lo tanto no producen el mismo efecto en el cuerpo. El ciclo comienza en el cerebro, pero ese sistema queda atrofiado como consecuencia de los niveles de hormonas sintéticas. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
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Ovular no te hace mujer. Pero es la función biológica propia de la mujer. Función que hoy parece estar prohibida, por lo menos, así pareciera en la practica.
Hay más interés, propaganda, plata invertida y estudios de laboratorios en inhibir la ovulación que en reconocerla. Sin ovulación no somos más libres, más independientes ni más poderosas. Simplemente somos mujeres con menos salud.
Reconocer el ciclo y los cambios del cuerpo exigen tiempo y esfuerzo. Vale la pena porque es un manifiesto a favor de la mujer, a favor de su salud y de su educación.
Somos un grupo de, preparadas por el instituto San Pablo Vi de Omaha, en conjunto con la Universidad Panamericana de México. Las instructoras nos dedicamos a educar a las mujeres en el registro y la interpretación de su ciclo femenino. Las médicas brindan el servicio de Naprotecnología: medicina al servicio de la salud ginecológica y reproductiva. Su finalidad es restablecer la salud; y en el caso de infertilidad devolverles su capacidad reproductiva.
by Josefina Richards | Jun 27, 2020 | Uncategorized
Cuando uno ama de veras, no ama de manera parcial; es decir, no busca fragmentar al otro quedándose sólo con lo que a uno le gusta. Por el contrario, uno acepta el desafío de amar absolutamente, y busca ser amado en la misma medida. En una relación sexual, uno está llamado a experimentar ese amor total: sentirse amado en toda su integridad, en toda su persona. Y uno está llamado también a amar en la misma medida. Sin embargo, cuando no se quiere un amor con todas sus consecuencias, la propia vitalidad de la sexualidad —que se expresa en la fertilidad— se puede volver un enemigo que “complica” esa entrega que debería ser total.
La salud que se vuelve en contra
La posibilidad de dar origen a una nueva vida es un singo de vitalidad y de salud, tanto del varón como de la mujer. Las leyes del cuerpo —las de la fertilidad— no están sujetas a nuestra voluntad. Por eso parece que complican las cosas. Cuando no se quiere tener hijos, se genera una tensión entre la salud del cuerpo y la “expresión del amor”, y no queda otra que “cuidarse” y resignarse a que la salud del otro sea un riesgo para el proyecto de ambos —en el que no hay lugar para un hijo—. La fertilidad es expresión de la salud de la persona, pero alguno tendrá que suprimir la suya propia para darle prioridad al proyecto de la pareja. La salud del otro o la propia se presentan así como un enemigo interno, que nadie sabe cómo ni cuándo terminará traicionando.
¿El amor sólo podrá tener lugar si se excluye la fertilidad? ¿La entrega se debe hacer con la resignación de suprimir algo de uno mismo o del otro? ¿La expresión del amor pasa de ser un acto de entrega a una actividad de riesgo de la que hay que “cuidarse”? Se presenta la paradoja: se busca expresar el amor con el cuerpo, pero el cuerpo mismo se vuelve un peligro para el amor. ¿Hay que cuidarse de la vitalidad y de la salud del cuerpo como si fuese algo malo?
De la ignorancia al conocimiento
Para que en una relación sexual se viva auténticamente el amor es indispensable conocer la fertilidad humana y aceptarla con sus reglas propias, y no considerarla como el “desconocido que traiciona”. La fertilidad del varón es continua, siendo la mujer la que tiene un momento de fertilidad por ciclo. En efecto, mientras que el varón produce sus células reproductivas en grandes cantidades y de forma ininterrumpida, la mujer produce solamente una célula reproductiva de manera cíclica. El momento de fertilidad de la pareja se dará cuando el espermatozoide tenga la oportunidad de fecundar el óvulo maduro. Esto marca que el tiempo de fertilidad de la pareja se dé una vez por ciclo. Esta realidad es el punto de partida para poder vivir plenamente la sexualidad, lo cual se hace posible gracias al uso de métodos naturales.
Ajustarse a los ciclos es un desafío porque el deseo de expresar el amor no siempre se ajusta a los ritmos de la fertilidad. La pareja está llamada a “abrazar” la fertilidad, y no vivirla con desconocimiento o con miedo. No se trata de buscar controlarla a voluntad, sino de conocerla y entender que el cuerpo tiene sus tiempos, aceptando que, en el fondo, no se posee el control absoluto. Cuanto mayor sea el conocimiento de la fertilidad humana, más segura estará la pareja de la vivencia de su propia sexualidad, y mayor será la entrega. No se trata de someter la naturaleza, sino de vivirla con una actitud de gozosa aceptación.
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