Naprotecnología ofrece un nuevo paradigma para la infertilidad. Es un servicio médico, busca restablecer la salud ginecología y/o reproductiva. En esta definición se puede encontrar toda su potencialidad, y a la vez, entender sus límites ¿Debe ser considerado como medicina alternativa o como tratamiento complementario a la infertildiad?  A continuación, vamos a enumerar las tres razones por las cuales esto no es así.

Es una manera distinta de entender los tratamientos, que no se proponen, “dar un hijo”. Los tratamientos buscan restablecer la salud del cuerpo. Restaurada la salud, y conociendo los tiempos del ciclo, la pareja puede concebir naturalmente.

La salud del ciclo

La base de Naprotecnología es el Modelo Creighton. Este mismo, es un registro estandarizado del ciclo de la mujer. El registro del ciclo, según el Modelo Creighton sería como “una radiografía” de los eventos del ciclo, permitiendo acceder de manera inaudita a la información de la salud del ciclo.

Una mujer sana, tiene ciclos sanos, a pesar de que esta pareciera ser una verdad olvidada. Ciclos sanos, son ciclos sin dolor, ni sangrados inusuales, es decir, sangrados fuera de la menstruación. Cualquier mujer que experimente anormalidades en su ciclo, debería saber que un ciclo sano es parte de su salud integral. Siguiendo esto y en consecuencia, una pareja sana, es una pareja fértil.

Naprotecnología no incluye, en ningún momento ni en ningún proceso, la supresión del ciclo. No incluye una estimulación desmedida. Esto se entiende en el contexto desarrollado: buscar la salud del ciclo o de la pareja, no puede ser algo que atente en contra del mismo.

El foco: diagnostico

Hay que destacar algo particular de Naprotecnologia: No promete un bebe. Todo su trabajo está dirigido en  la búsqueda de un diagnóstico, y, por lo tanto, de un tratamiento adecuado. Su foco es la salud, no el resultado. En este sentido, se evita un sentido mercantilista del niño que se espera.

No hay que confundir este punto, con desinterés de parte del equipo en el deseo de ser padres. De ninguna manera, pero es un cambio tanto en lo médico como en la mirada integral.

Desde la parte médica, se núcleo siempre será restaurar la salud que falta.  La infertilidad siempre se debe a falta de una salud debida. Siendo  una falta de la mujer, del varón, o de ambos.  Aquella falta de salud es lo que impide que la concepción ocurra.

Desde la parte integral, como equipo, entendemos que un hijo no se promete ni se garantiza, ya que no somos dueños de la vida. Tampoco estamos dispuestos “a todo” por el embarazo, como si lo estamos para poder buscar la salud que le corresponde a la persona, o a la pareja.

La diferencia del tratamiento

El hecho de registrar el ciclo, y el cambio de paradigma de la medicina tradicional, muchas veces genera confusión respecto de la naturaleza del tratamiento. No hay nada “alternativo” en los tratamientos, sino que realiza estudios de sangre, monitoreo de la ovulación, cirugía, y demás procedimientos.

La diferencia, es justamente el lugar que ocupa la realidad del ciclo de la mujer, y la salud de ella o de ambos. Es minucioso, porque espera que el ciclo se muestre, tal cual esta.  Es un trabajo de escucha, porque el cuerpo habla. Muchos lo consideran lento, porque implica un aprendizaje.

Lo que sin duda lo distingue de otros tratamientos es el trabajo en equipo, dado que implica la educación del paciente como parte fundamental.

 

 

Si estan buscando un tratamiento de infertilidad, respetuoso del cuerpo, pueden ponerse en contacto con un profesional de Naprotecnología, haciendo click aquí. Para conocer más sobre Naprotecnología, puede ingresar a la página de Instituto San Pablo Vi, haciendo click aqui.