Reducir a alguien, es valorarlo por una parte, y no como la totalidad de la persona. Estar interesado en lo que el otro me puede dar, y lo que es beneficioso para mi. Parece tan frio y calculador, que no nos damos cuenta cuando lo hacemos.

Es mucho mas cercano de lo que creemos. Siempre es evidente en los demás, es difícil reconocerlo en los propios vínculos.
Reducir a quien amo, a su simple función reproductiva, es buscar intimidad solamente en el tiempo de fertilidad; y pensarlo solamente como facilitador del embarazo, como herramienta para la reproducción.

Si esto se arraiga, y uno hace costumbre de este trato, termina viendo también al embarazo como un producto.

En el fondo, es una reducción de uno mismo. Asumir que el valor propio depende absolutamente de la capacidad de poder engendrar. El hijo también es visto como un logro a obtener: El hijo que viene a cumplir un objetivo, a cubrir una necesidad, a tapar la tristeza. ▶️ Sin dramatizar ni demonizar, es importante reconcoer estas debilidades, que se filtran de a poco.

¿Qué pasa si nos sentimos usados? ¿Cómo salir de esa dinámica? ¿Cómo darnos cuenta cuando la reproducción se vuelve algo en contra? Siempre, la respuesta esta en trabajar juntos.
Las debilidades son también parte de nuestra persona y nuestros vínculos, no hay que tener miedo a mejorar. Hablarlas, sincerarlas, compartirlas.

 

 

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