Crianza en tiempos de desconfianza

¿Existe relación entre fertilidad y crianza?

A primera vista, no pareciera. Pero ¿no impacta en la crianza de los hijos, la confianza en uno mismo? ¿la confianza en la pareja?

La fertilidad, dimensión intrínseca de la persona. 

Los métodos naturales son la herramienta que le permite a uno:

• Valorar la salud del propio cuerpo y del otro
• Apreciar el inmenso valor de la fertilidad
• Evitar el embarazo de manera consiente.

En los métodos naturales es donde se reconcilia lo que parece antagónico hoy: una sexualidad que no implique anular el cuerpo, y evitar el embarazo de manera confiable. El uso de métodos naturales no significa que la pareja busque el embarazo, sino que lo entienden y lo asumen como una posibilidad real. Ser sexualmente activo implica asumir la posibilidad de embarazo.

Los anticonceptivos, por otro lado, se basan en anular la fertilidad. Buscar suprimir la fertilidad natural, generando una falsa idea de que el embarazo es “imposible” (Siempre es bueno recordar: todos los anticonceptivos tienen tasa de efectividad, con lo cual el embarazo nunca es “imposible”).

¿Cómo impacta la relación con el cuerpo respecto de la crianza?

Los métodos naturales están basados en poder reconocer el funcionamiento del cuerpo.

Así, tanto la mujer como el varón, van desarrollando la confianza respecto del cuerpo y de su propia capacidad para interpretarlo. Es un trabajo de confianza para la mujer respecto de su cuerpo, y del varón respecto de la mujer.

Por el contrario, anular la fertildad esta basada en la desconfianza al cuerpo. No se sabe cuándo es el tiempo de la fertilidad, no se sabe porque suceden atrasos en la menstruación, ni se entiende porque el sangrado aparece como aparece. Cuando llegue el embarazo ¿Cuál es el impacto de haber ignorado y desconfiado tanto tiempo del cuerpo?

La crianza sin duda tiene sus propios desafíos. Quienes usen métodos naturales, han trabajado ciertos aspectos, que resulta beneficiosos, o por lo menos, preparativos para encararlos.

1. La confianza en el cuerpo: la mujer comenzó un camino de reconocimiento en donde busca entender y estar atenta a los sucesos de su propia fisonomía. El embarazo produce una nueva relación con su cuerpo, pero dentro de una continuidad. Su nueva situación se enmarca en una apreciación, valoración y reconocimiento  que comenzó antes.
2. La confianza para interpretarlo:  El ejercicio de reconocer los cambios del cuerpo, invitan a algo mucho más profundo: la capacidad de entenderlo. Así, la mujer logra un habilidad nueva, que aumenta la confianza respecto de sus propias habilidades. Su nueva capacidad de interpretación le permite un nuevo conocimiento, y una nueva manera de entenderse.
3. La confianza entre el varón y la mujer: La pareja que reconoce los ciclos, ejerce una confianza y seguridad nueva. Hay un trabajo en conjunto sobre la interpretación de los ciclos. El varón ejercita su confianza en la mujer, basándose en la confianza que la mujer tiene de interpretar sus signos biológicos. Así, se establece una nueva comunión entre el varón-mujer, que se apoya sobre el vínculo mujer-cuerpo.

Por último, y quizás como más desafiante: ¿no ayuda a distinguir entre las cosas que si se pueden controlar y las que no se pueden controlar? Las observaciones, el registro, los habitos de higiene… Todo lo que se puede controlar, se aprende a mejorar; mientras se va a aprendiendo a soltar aquellas que no, los eventos de mi cuerpo, la realidad de mi salud y la vida… Será aquello que no puedo controlar.

Todo esto ¿no ayuda a la crianza de los hijos que vengan?

 

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