by Josefina Richards | Jul 9, 2020 | blog
¿Se puede aumentar la fertilidad?
- Nuestro trabajo tiene dos áreas: la educativa, y la científica, y cada una da una respuesta distinta.
- Desde el Modelo Creighton: nuestro trabajo es educativo. Eso significa que estamos capacitadas para poder enseñar a registrar el ciclo de la mujer. La mujer o la pareja va a encontrar un espacio para educarse respecto de la fertilidad humana, y concretamente cómo reconocer lo que sucede en el ciclo.
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- ¿Qué sucede en el ciclo? Los ciclos tienen un evento central: la ovulación. Para lograr la ovulación, el cuerpo genera un intercambio hormonal entre el cerebro (la hipófisis) y ovarios.Las hormonas tienen una función de comunicar, logrando un funcionamiento cohesionado del cuerpo. En la primera parte del ciclo, el cuerpo busca generar la ovulación. Una vez que lo logra, y como consecuencia de haber ovulado, se desencadena otro proceso hormonal, que alinea al cuerpo para sostener un posible embarazo.El útero es receptivo a las variaciones hormonales a lo largo del ciclo. Los receptores hormonales le permiten estar sintonizado y trabajar de manera conjunta con el resto del cuerpo. Así, en el tiempo cercano a la ovulación, es el único momento donde va a permitir la supervivencia de los espermatozoides.
La menstruación es una consecuencia hormonal, que se desencadena como consecuencia hormonal. La menstruación es la consecuencia visible que indica el final del ciclo anterior, y la disposición del cuerpo a un nuevo ciclo
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- ¿Qué es posible reconcoer? Se puede reconocer el tiempo cercano a la ovulación. La ovulación implica cambios fisiológicos en la mujer, que son observables y registrables para ella. Educarse respecto de los ciclos permite a la mujer entender su ciclo, y sus tiempos. El único tiempo de fertilidad es en el tiempo cercano a la ovulación. Se puede entonces reconocer tanto la fertilidad como la infertilidad que el mismo cuerpo genera.
Entonces ¿se puede aumentar la fertilidad desde el Modelo Creighton?
No se puede “aumentar” la fertilidad, sino “educar” en la fertilidad.
Hay que tener en cuenta que la fertilidad no es una posibilidad de la mujer, ni del varón de manera independiente, dado que ninguno puede reproducirse por sí mismo, sino que se da en la unión de ambos en su tiempo de fertilidad. Es cierto que el “tiempo” posible de la fertilidad está marcado por el ritmo del ciclo de la mujer. Como el tiempo de la ovulación es variable (no se repite un ciclo tras otro, sino que varía), el Modelo enseña a reconocer este tiempo, y a unirlo con el factor de la fertilidad masculina.
El varón tiene una fertilidad lineal, que no esta sujeta a eventos cíclicos. El tiempo óptimo para buscar el embarazo, en cada pareja, dependerá de la mayor calidad de espermatozoides combinado con el tiempo de la ovulación de la mujer.
Sin el registro del ciclo, muchas parejas optan por guiarse por el “día 14”, o incluso por tener relaciones todos los días “para asegurarse”. Estas dos opciones no son viables dado que el día 14 no tiene vínculo con un dato certero (la ovulación se da en un tiempo distinto en cada ciclo) y mantener relaciones durante todo el ciclo disminuye el volumen del fluido seminal y suele aumentar la presión, el estrés, y provocar un efecto de distanciamiento.
2. El servicio médico de Naprotecnología. Contamos con un servicio médico que, analizando el registro del ciclo va a buscar un diagnóstico para la infertilidad. Eso quiere decir que es un tratamiento personalizado, centrado en lo que el cuerpo manifiesta. Los tratamientos pueden incluir soporte hormonal hasta cirugía, la diferencia del servicio de Naprotecnología es el centro. Naprotecnología busca restablecer la salud, tanto de la mujer como del varón, buscando devolverles la posibilidad de concebir naturalmente. La infertilidad se toma como un signo que manifiesta la falta de salud de una de las partes, o muchas veces de ambos. Esto es traducido de la siguiente manera: Naprotecnología busca un diagnóstico certero para un tratamiento efectivo, que restablezca la salud y de la posibilidad de concebir. Es un tratamiento que se da acompañado del proceso educativo, y implica que la misma pareja entienda y registre los ciclos.
Entonces ¿Naprotecnología puede aumentar la fertilidad?
Si.
Naprotecnología puede aumentar la fertilidad porque su finalidad es aumentar la salud.
Para aumentar la salud del ciclo, primero busca reconocer cómo se está manifestando, y esto lo hace a través del registro del Modelo Creighton.
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by Josefina Richards | Jul 3, 2020 | blog
Evitar el embarazo con métodos naturales, genera todo tipo de reacciones y (a veces) comentarios.
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“Ah, bueno…¡pero no les importa tanto si se queda embarazada! ”
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《🤔》 《😶》
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O el ¿imperativo?:
“Se va a quedar embarazada”
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¿Qué se contesta? ¿Se contesta? ¿Sonrisita educada? ¿Discurso de defensa? ¿Clase de anatomía?
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Algunos lo dicen en tono jocoso, otros (¿todos?) desde la ignorancia, otros con intriga real…
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¿Depende desde donde se haga la pregunta? La verdad es que muchas personas no tienen ni idea de lo que es.
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Pero, estaría bueno aclarar algunas cosas:
• Quienes evitan el embarazo con métodos naturales, lo quieren evitar realmente.
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–> No es que “no les importa”. Si, les importa. Están eligiendo con todas sus capacidades evitarlo.
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Pero hay algunas cuestiones que no están dispuestos a renunciar.
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● No están dispuestos a ceder en la idea de que《hay algo “de más”》. Que el varón y la mujer unidos en la relación sexual, son una amenaza el uno para el otro.
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○ Están dispuestos a educarse sobre los ciclos y la fertilidad, a reconocerla, y a asumirla.
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● Creen que ambos, sanos, pueden tener una relación de entrega total, donde ninguno es restringido ni suprimido, por ningún anticonceptivo ni hormona.
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▪︎ No están dispuestos a que la intención de evitar el embarazo gobierne la relación sexual.
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▪︎No están dispuestos a que su vida sexual este sostenida en anticonceptivos o a depender de ellos.
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▪︎Están dispuestos a evitar el embarazo, no a renunciar a si mismos, ni al otro, ni al vínculo que se manifiesta en su sexualidad
[No es que “no les importa” quedar embarazados.]
👉 Y, aunque solamente sonrían, o sigan la conversación, eso es lo que los sostiene su decisión.
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by Josefina Richards | Jun 26, 2020 | blog
A pesar de las dificultades, lo volvemos a elegir
Somos una pareja joven a la que le toca esperar. Conocimos el Modelo Creighton en medio de la lactancia, luego del nacimiento de nuestro primer hijo y por lo tanto, no fue fácil el camino. Y aún hoy no lo es, aunque, con las herramientas que nos ofrece el Modelo y la ayuda de nuestra instructora y de la médica Napro, ya estamos viendo salir el sol por el horizonte.
Al principio solo era horizonte, lejano y quieto. Realmente no es fácil esperar a ver un ciclo nuevamente, no es sencillo tener días geniales, creer que todo está mejorando y volver a ver un sangrado inusual. No es fácil la abstinencia y no siempre es un camino de rosas el matrimonio cuando el humor cambia, cuando los días de hacen semanas, las semanas, meses y los meses, varios meses. Pareciera ser que la espera se convierte en el modo de vida normal… pero no es normal, y es lógico resistirse a ello porque fuimos hechos para más que solo esperar, fuimos hechos para dar saltos hacia aquello que nos hace plenos, así como fue ese salto que dimos el día de nuestro casamiento.
Sin embargo, a pesar de las dificultades, lo volvemos a elegir,
¡claro que sí!
No seriamos quienes somos hoy como personas y como matrimonio si no hubiésemos caminado juntos este proceso de espera.
¿Había caminos más fáciles? ¡Obvio!
Pero ninguno nos ofrecía la posibilidad y el desafío inmenso de APRENDER, MEJORAR, VALORAR y SORPRENDERNOS, porque registrar los ciclos, o la espera de ellos, nos llevó a aprender lo que no sabíamos, a mejorar la capacidad de vernos, escucharnos, relacionarnos, a valorar los detalles y los gestos de amor, compromiso, entrega y por sobre todo, la confianza mutua cuando la abstinencia sexual se instala por tiempo indefinido. Nos llevó finalmente a sorprendernos del vínculo real que nos une, del valor que tienen nuestros cuerpos, almas y espiritualidad…
Aún estamos a la espera, pero juntos, de la mano viendo como el sol comienza a asomarse en el horizonte, ¡y el espectáculo es hermoso! Jamás vamos a olvidar estos momentos y esta oportunidad que nos dio Dios de hacernos mejores esposos.
A pesar de las dificultades, lo volvemos a elegir y, sin duda, lo recomendamos!!!
El matrimonio entregó este testimonio de manera espontanea. Quién desee más información puede contactarse con una instructora, haciendo click aquí. Más información sobre el Instituto Pablo VI, puede encontrarla haciendo click aquí.
by Josefina Richards | Jun 26, 2020 | blog
Una de las dudas más frecuentes respecto de los métodos naturales es si son seguros. La verdad es que son tan seguros como los anticonceptivos. Sin embargo, hay muchas otras cosas que también se preguntan con mucha frecuencia sobre los métodos naturales, y vale la pena aclararlas. En este artículo, hablaré de las 4 dudas más frecuentes que he encontrado en mi experiencia como Profesional para el cuidado de la fertilidad.
1. ¿Sirven para buscar o para evitar embarazos?
Los métodos naturales enseñan a reconocer las distintas etapas de un ciclo. Con lo cual, se aprende a reconocer tanto el tiempo de fertilidad natural como el de infertilidad natural. Por eso ayudan a evitar embarazos y a buscarlos.
Un método natural debe ser aprendido junto con una instructora certificada, que acompañe el proceso de aprendizaje. La instructora podrá enseñar a una correcta interpretación del ciclo, y cómo llevar adelante la intención de evitar o buscar un embarazo.
2. ¿Sirven solamente para quienes tienen ciclos regulares?
Muchas mujeres creen que no pueden aplicar métodos naturales porque simplemente no tienen ciclos regulares. Antes de contestar la pregunta, es importante aclarar que los ciclos regulares son aquellos cuya duración oscila entre los 21 y 38 días. Ciclo regular no es el que dura siempre, por ejemplo, 25 días. Una persona que oscila en este margen es regular. Los ciclos irregulares, en cambio, son aquellos que duran más de 38 días. Los métodos naturales son una herramienta aplicable tanto a ciclos regulares como irregulares.
3. ¿Se pueden usar durante la lactancia?
La lactancia, por su propio mecanismo, inhibe la ovulación. La lactancia puede ser de dos maneras: lactancia total —es decir que todo el alimento que recibe el niño viene de la madre—, o lactancia parcial —cuando se da en combinación con leche de formula o alimentación—. El mecanismo por el cual inhibe la ovulación varía en cada mujer. El estado anovulatorio de la lactancia —no-ovulación— es una situación temporal.
Los métodos naturales se pueden aplicar en lactancia, parcial o total, pues los indicadores en función de los cuales se establecen los períodos de fertilidad no cambian. De hecho, son útiles para darse cuenta de cuándo ha terminado el estado anovulatorio de la lactancia.
4. ¿Sirven sólo cuando uno está en pareja?
Los métodos naturales se han posicionado como métodos de planificación familiar: son una herramienta eficaz para que los esposos puedan evitar o buscar un embarazo. Sin embargo, su primera aplicación es la de reconocer los ciclos. Son una herramienta que toda mujer en edad reproductiva puede practicar. La información que se brinda a través del reconocimiento de los ciclos es información de salud. El Modelo Creighton ha desarrollado, además, un sistema médico para la atención de problemas ginecológicos y reproductivos llamado Naprotecnología.
Este articulo fue escrito por nuestra instructora Teodelina Richards, para Ama Fuerte.
by Josefina Richards | Jun 26, 2020 | blog, Uncategorized
Muchas parejas se llenan de emoción cuando comienzan la búsqueda de un hijo. A la vez, suele haber cierta cautela, tratando de apaciguar el entusiasmo, pues hay un temor latente: que el embarazo no ocurra.
La infertilidad afecta a una de cada seis parejas, por lo que, incluso sin conocer las estadísticas, uno suele conocer alguna pareja que tenga dificultades para concebir. ¿Cómo vivir este tiempo de búsqueda? En los tres puntos siguientes, exploramos tres actitudes a tener en cuenta para este tiempo.
1. Hay que tener coraje y ser sinceros
Cuando el embarazo no llega, suele haber un manto de miedo que rodea a la pareja. ¿Habrá algún problema? ¿Será normal? ¿Tendríamos que consultar, o esperar? Todas estas preguntas van apareciendo muchas veces acompañadas de un cierto temor. No se suelen decir en voz alta porque cada uno teme asustar al otro. Sin embargo, como nunca, se requiere la sinceridad en la comunicación.
Uno debe encontrar las palabras y el tiempo para poder expresar los miedos, las intuiciones, y los deseos. Mantenerlos en silencio da lugar a proyecciones personales: “debe pensar”, “debe sentir”, “debe creer”. El matrimonio se nutre de los encuentros, y para esto se requiere una comunicación sincera. Si uno se cierra y da por sentado que sabe cómo la otra persona está viviendo esta situación, no hay lugar para un diálogo sincero.
Sin duda, existe el riesgo de no ser comprendido, o de asustar al cónyuge. Pero el matrimonio no es una garantía de que el cónyuge siempre tendrá una respuesta tranquilizadora y una seguridad avasallante. A veces, simplemente ambos tendrán miedo y se sentirán abatidos o desorientados. Lo saludable para la pareja será poder encontrarse también en la soledad o en el dolor. Por el contrario, será nocivo para ellos cerrarse como consecuencia del miedo.
2. La distancia también posibilita el encuentro
La infertilidad no suele vivirse igual. La mujer tiene una cercanía particular y una vivencia física de la espera del embarazo. Siempre será la mujer la primera testigo del sangrado que anuncia un nuevo ciclo y, por lo tanto, un nuevo “embarazo que no fue”. Ella debe ser quien comunique al varón. El varón siempre es notificado.
Esta vivencia física de la mujer, que muchas veces la siente y describe como algo palpable en su propio cuerpo, es un factor ajeno al varón. La distancia que se da en cómo lleva cada uno la fertilidad es fuente de tensión. Las distintas maneras de vivir esta situación deben ser respetadas, y uno debe entender que ambos no lo experimentan igual.
Esta distancia, naturalmente generada, también es un espacio para salir de uno mismo hacia el otro. Solo se dará el encuentro si uno logra salir de su propia experiencia para encontrarse con el otro. Si bien no lo viven de igual manera, ambos están llamados a tratar de entenderse en sus silencios y sus llantos.
3. Reconocer el vínculo como fuente de la familia
Soñar con un hijo por mucho tiempo puede hacer que se confundan algunas cosas. Muchas parejas, lentamente, comienzan a creer que el hijo es quien da el título de familia. Esta idea termina convirtiendo los vínculos en intereses. Los cónyuges terminan siendo, el uno para el otro, un “proveedor” del embarazo, y el hijo termina siendo una adquisición. Esto muchas veces se da de manera sutil, pudiendo darse incluso durante largo tiempo; y así, pensar en el hijo que no llega inevitablemente genera desgaste.
Quienes esperen el embarazo, deberán recordar siempre que lo que es la fuente de la vida familiar es la vida conyugal. Aquello que genera vida —y no en un sentido únicamente biológico— es el encuentro entre los esposos. Gracias a este encuentro, se despliega para ambos un nuevo mundo de intereses, proyectos y pasatiempos comunes. La esencia de la familia es el vínculo vivo y la entrega sincera de los esposos, que es lo que permite que se genere elhogaral que pertenecerá el hijo. El hijo, sea biológico o no, merece ser acogido en una familia, y no cargar con la exigencia de tener que transformar una pareja en una familia.
Este articulo fue escrito por nuestra instructora Teodelina Richards, para Ama Fuerte.
by Josefina Richards | Jun 24, 2020 | blog
Cuando se habla de usar métodos naturales para regular la fertilidad, muchas veces la responsabilidad termina siendo asumida exclusivamente por la mujer. Sin embargo, ¿es realmente un tema exclusivamente femenino? Es cierto que desde el Modelo Creighton insitimos en que el reconocimiento de ciclos es una herramienta de conocimiento personal. Sin embargo, cuando los métodos naturales se usan para regular la fertilidad, constituyen una herramienta que es muy recomendable usar en pareja.
Usados estos métodos en pareja, se evita que la “carga” recaiga solamente sobre la mujer. Distribuida sobre ambos, la pareja puede tomar decisiones más libres y responsables respecto de su fertilidad. Aquí te dejamos tres razones para vivir la fertilidad en pareja.
1. La fertilidad está en la pareja
La fertilidad humana solamente se da cuando se une un espermatozoide con un óvulo maduro. No puede haber fecundación sin la célula reproductiva del varón y de la mujer. Esta realidad biológica invita a la reflexión: no es que uno sea “más fértil” que el otro, sino que son ambos —de manera conjunta— quienes dan origen a una nueva vida.
La fertilidad no es producida más por uno que por otro, sino por ambos en la medida de cada uno. Por eso, la decisión de cuándo intentar tener un hijo —o abstenerse de hacerlo— no debería depender de uno más que del otro, sino de ambos. Vivir esta realidad de manera conjunta es una invitación para estrechar el vínculo que une a la pareja.
2. Ayuda a comunicarse y acompañarse de manera creativa
Si la responsabilidad es de ambos, será un deber conjunto llevarla adelante. Esta dinámica está especialmente presente, tanto el Modelo Creighton, como en los otros métodos naturales. Varón y mujer son educados en reconocer el tiempo de fertilidad de la pareja, que está marcado por el ciclo de la mujer. Es decir, la mujer reconoce su propio ciclo y su valor, a la par que el varón reconoce el ciclo de la mujer y el valor del mismo.
Esto hace que se abra un variado panorama que necesita de diálogos y acuerdos. ¿Cómo van a llevar adelante su preparación? ¿Asistirán juntos a los seguimientos? ¿Leerán juntos el manual? ¿Se consultarán mutuamente respecto de lo que van entendiendo? Sin duda, cada pareja tiene su manera de comunicarse, comprenderse y acompañarse; y la creatividad sorprende a la hora de llevar a cabo esta tarea juntos.
3. Permite un conocimiento más profundo del otro
Reconocer y asumir la fertilidad de la pareja —es decir, de ambos— es también una manera de educarse el uno respecto del otro. En el desafío de entender el funcionamiento de la fertildiad y el reconocimiento del ciclo, el varón conoce más profundamente a la mujer y la mujer al varón. Se trata de un ámbito que da pie a un mayor conocimiento del otro en distintos ámbitos: el deseo sexual, la frecuencia de las relaciones sexuales, el anhelo de ser padres, etc.
Muchas parejas dan por sentado que ya conocen estos aspectos del otro sin siquiera darse la oportunidad de irlas descubriendo juntos. Por razones culturales, presiones, o simples presunciones, a veces las parejas dejan de lados estos temas. La vida íntima de la pareja requiere diálogo y creatividad. Asumirla como tarea puede ser una oportunidad para seguir creciendo juntos.
Este articulo esta escrito por nuestra instructora, Teodelina Richards, para Ama Fuerte.
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